viernes, 2 de enero de 2015

La dificultad de ser padres: acompañar las emociones de los hijos

Por regla general un padre sufre cuando ve que su hijo está triste, llora, tiene miedo, etc, es decir se preocupa cuando su hijo expresa sentimientos popularmente llamados negativos. La reacción habitual es intentar calmarle, y cada padre tiene su propia manera de hacerlo, pero todas ellas las podemos reducir a unas pocas, dependiendo de si se considera adecuada o no la reacción del pequeño:

  • Si no se da importancia a lo ocurrido, se les suelen decir expresiones como: "No te preocupes", "no pasa nada", "eso no tiene importancia", "no tienes que llorar por eso", "tienes que hacerte mayor", etc.
  • Si se considera que hay motivos para que el niño se sienta así, pero son situaciones evitables como que alguien le ha hecho daño al reñirle, pegarle, castigarle, insultarle, le ha quitado algo, etc., se considera que no es justo lo ocurrido y se suele centrar la atención en el otro que ha actuado mal.
  • Si se considera que hay motivos, pero son inevitables como enfermedades, muertes cercanas, pérdidas de mascotas, ilusiones que no se pueden cumplir, etc. En estas situaciones una manera bastante frecuente de reaccionar es intentar que le afecte lo menos posible: sustituir la mascota, prometerle algo que le hace mucha ilusión para un momento posterior, etc.
En cualquiera de las reacciones descritas le estamos enviando al niño el mensaje de que no es bueno sentir esas emociones, bien porque no es adecuado, bien porque se debe evitar el sufrimiento.
Pero para aprender a asimilar, gestionar y expresar emociones no hay que evitarlas, hay que tener experiencias con ellas y sentirlas. Por tanto, y a pesar del sufrimiento que para el padre pueda suponer que su hijo lo esté pasando mal, tan solo hay que escuchar, tener curiosidad y preguntarle cómo ha ocurrido, qué ha hecho, poner palabras a su sentimiento, sentarse a su lado, acompañarle en silencio, etc. Es decir, estar más pendiente de la emoción del niño y no tener prisa por reducir la propia ansiedad.

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