Lo primero es conseguir una buena predisposición y mantener la motivación inicial con unas sencillas recomendaciones:
- Dar pautas claras y concretas
- Transmitirle confianza en que lo va a conseguir
- Ser constantes y perseverantes en su cumplimiento, pero ser pacientes cuando no lo cumple
- Supervisar que lo intenta
- El adulto debe ser un modelo cumpliendo también con el hábito
- Dialogar en momentos neutros sobre las consecuencias positivas del hábito y buscar amigos u otros personajes que lo cumplan
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